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lunes, 11 de julio de 2011

¡Que las luchas no mueran en la adultez!

Estos últimos días en que se vive con todo la campaña institucional de "el Techo", he oído tantas opiniones encontradas con la mía, con respecto a como se realiza la campaña y como nosotros luchamos por algo, por una causa.

Pero las opiniones que más me descepcionan, son las que se originan de las personas profesionales, adultos que en teoría son auto realizados por ya vivir establemente y tener parte de su vida resuelta (si es que puede llamarse le así, además en este país no hay tanta estabilidad laboral); han llegado a mis oídos tantas opiniones de tipo indiferente. Es feo que surjan opiniones como conformistas, desmotivadoras e indiferentes; como la más clásica que usa mi madre: "Si vos no podes cambiar el mundo" (casualmente es la frase que identifica a mi ex-grupo de iglesia: "Podemos Cambiar el Mundo"), mi madre que en su tiempo fue una educadora que vivió las condiciones precarias en una escuela pública ubicada en Cuscatancingo, a llegado al punto de ya no denunciar o no pedir mejores condiciones para los demás.

Igual que otros "profesionales" por ahí, es bien feo que los adultos ya solo piense en una formula donde al parecer oscila entre Trabajo-Familia-Iglesia (pero son del tipo de fieles dominicales, olvidandose de esto los otros seis días de la semana); yo reconozco el hecho que con el nacimiento de sus hijos y los compromisos que se adquieren en la paternidad, muchos renuncien a sus sueños y ofrezcan todo por su familia. Pero, donde esta la conciencia social, ¿que acaso la sociedad nos ha arrastrado a un mundo egoísta y poco solidario?

Creo que mucho le debo al Techo y a mi conciencia social, que por cierto nació por allá en el 2004, en una clase de Estudios Sociales, donde mi profesor nos presentaba la historia de El Salvador y el nacimiento de la injusticia representada en 'Las Tierras Hejidales' poco después de la supuesta independencia de nuestras tierras. Pero desde entonces me cuestiono de como le harán los pobres. Gracias a muchas instancias y al poder divino, he conocido por fin una causa y una institución, donde no solo se habla de los pobres, sino donde la denuncia y el trabajo están latentes; donde puedo aprovechar mi tiempo para ellos: los que mas lo necesitan.

Pero esto sobre la poca importancia de los adultos a las causas sociales me recuerda una frase de Pablo Coelho, que realmente no me acuerdo como va; pero recita algo respecto a que desde el momento que renunciamos a nuestros sueños es por que hemos dejado de sentir el latido de nuestro corazón y la brisa en nuestro ser. No renunciemos a los sueños cambiar la realidad es posible!!!

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